Mayo es un mes de celebraciones para Venezuela, el 23 es el día de la flor nacional y durante los 31 días, en distintos lugares del país, se realiza la celebración del velorio de la Cruz de Mayo.
Con una historia de 150 años, la tradición nacional de rendirle tributo a la Cruz de Mayo tiene su origen en España y la celebración estaba basada en el hallazgo por parte de Santa Elena, madre del emperador Constantino de la verdadera cruz de Jesucristo en su peregrinación a Jerusalén.
Calle 175
Las ciudades están llenas de sorpresas y la calle 175 de la Urbanización El Rincón del municipio Naguanagua no es la excepción. Como si de una máquina del tiempo se tratara, en la zona todavía se pueden observar casas que evocan a la vida en el campo, caballos en los jardines y olor a leña, indicativo de que algo se está preparando.
El 25 de mayo inicia la preparación para la fiesta; cantos, flores y toda la familia reunida, visten a la cruz para hacerle peticiones al día siguiente en la procesión.
Fotografía: Saúl Zerpa
La misa
Con el acto religioso y la bendición de la cruz, se le rinde tributo al símbolo de fe, se deja de ver como un instrumento de sufrimiento, relacionada con la muerte de Jesucristo. La misa estuvo dirigida a la multiplicación del mensaje para hacer el bien y a difundir el amor que reina en el corazón de todos.
Fotografía: Saúl Zerpa
Procesión
Mujeres, hombres y representantes de la iglesia llevaban en hombros a la cruz. Animados sobre el ritmo de cantos religiosos y de parranda, todos los participantes la cargaron. Su primer destino es el final de la calle 175, en la quinta Elba, donde hace más de 30 años es recibida para ofrecerle honores.
Fotografía: Saúl Zerpa
La parranda
Furro, cuatro, charrasca, tambor y vivas voces suenan a todo pulmón alrededor de la cruz vestida de satén azul con una lazo central que la rodea en un gran rosario. El ritmo es constante y sobre él, las personas que están alrededor improvisan letras con las que hacen peticiones para todo lo que resta del año.
La música no se detiene, a las casas que sobrevivieron la comercialización de la zona llegan parrandas de varios sectores de la ciudad, con un ritmo más africano, los tambores hacen vibrar los cueros y animan con más fuerza al patio lleno de gente. Los niños corren mientras los encargados de la cocina terminan de preparar dos grandes ollas de sopa para todo el que se acerque.
Fotografía: Saúl Zerpa
Camino a la montaña
Mientras los cohetes retumban en el cielo, al caer la tarde la cruz retoma la calle 175 acompañada por todos sus fieles. Al ritmo de la parranda, la procesión hace paradas en las esquinas para que los vecinos se acerquen a tocar y a besarla como demostración devota. La montaña, conocida como Subida El Zorro, está cerca y todos los que la acompañan suben hasta el primer claro para continuar celebrando la Cruz de Mayo.
Fotografía: Saúl Zerpa
Galería:
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