Políticos, periodistas, ONGs y civiles han tratado de organizarse para salvar a los afganos que han quedado atrapados. A través de servicios de mensajerías y formularios online, las personas deben compartir información personal que puede ser usada en su contra si cae en las manos equivocadas.
El descalabro del gobierno afgano ha producido una respuesta online frenética, principalmente a través de formularios de Google, WhatsApp y grupos privados en redes sociales.
Enviar datos personales siempre implica un riesgo, porque es un salto al vacío saber cómo serán usados y quién o qué tendrá acceso a esa información. En el caso de Afganistán, la idea en primera instancia es un acto de desesperación que trata de ser organizado por personas en todas partes del mundo tratando de verificar quienes son elegibles para poder reubicarlos en otro país.
Nunca se sabe realmente quién está del otro lado recibiendo los datos, por esto algunos especialistas aseguran que el riesgo es latente.En los formularios no solamente se piden los datos de contacto y de reubicación, también la solicitud incluye número de identificación personal, documentos escaneados incluidos número de pasaporte y tarjeta de identificación nacional.
Łukasz Król apoya a periodistas en países en vías de desarrollo en el área de seguridad digital a través de la organización sin fines de lucro Internews. Król no cree probable que los talibanes puedan hackear WhatsApp y los formularios de Google, pero en tiempos de crisis la desesperación puede convertir a las personas en presas más fáciles.
Es posible que los talibanes y otras organizaciones se hagan pasar por instituciones con buenas intenciones para ayudar y creen sus propios formularios para engañar a los afganos y luego usar la información compartida para hacerles daño.
La población afgana es cada vez más consciente de este tipo de procedimientos en la recolección de datos y están tomando medidas para la verificación del origen en cada formulario compartido.