Es una ironía que lo que hace de un restaurante un lugar atractivo, hoy sean las características de uno de los lugares más peligrosos. Las personas juntas en una mesa pasando el rato, conversando en una sobremesa extendida con un café, se convirtió en una amenaza. Comer en un restaurante es una de las actividades más riesgosas que puedes hacer durante la pandemia de coronavirus.
Para entender el riesgo es necesario entender cómo se transmite el coronovirus de persona a persona. La línea oficial de la Organización Mundial de la Salud ha dicho que se transmite por las gotículas que producimos al estornudar, toser o hablar. Sin embargo, la evidencia de la transmisión del virus a través del aerosol que queda suspendido en el aire ha ido en aumento. Esto explicaría porque la mayoría de los brotes se han registrado en espacios cerrados.
Los concejos para el público, no están actualizados del todo. En Estados Unidos los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) apenas acaban de reconocer la posibilidad real de que el virus se transmite por el aire y muchos países no mencionan esta particularidad en sus guías de prevención.
Esto da como resultado que muchos restaurantes están tomando medidas poco eficientes frente a la COVID-19. Obsesionarse con la limpieza, usar viseras (que no lo protegen de los aerosoles) y colocar divisores de plástico entre las mesas, son algunas medidas que pueden ser de utilidad marginal, pero en su mayoría equivalen a intervenciones que brindan la apariencia de seguridad, pero poca protección real.
¿Por qué, exactamente, los restaurantes son tan riesgosos?
En primer lugar, suelen ser espacios ruidosos. La gente habla en voz alta, expulsando más aire de lo habitual y, por lo tanto, más aerosoles potencialmente cargados de virus. Los investigadores aún tienen que calcular con precisión cuánto virus debe inhalar o cuánto tiempo debe estar expuesto a alguien que libere partículas virales para infectarse.
Los CDC estiman que es posible infectarse con solo 15 minutos de proximidad, pero los casos reportados de infecciones en restaurantes «involucran a una persona infectada y susceptible que comparte el aire durante una cantidad significativa de tiempo, a menudo de 30 minutos a algunas horas», mencionó José Luis Jiménez, profesor de química de la Universidad de Colorado que ha estudiado aerosoles durante dos décadas.
También es posible, teóricamente, atrapar la COVID-19 a través de los aerosoles dejados por una persona infectada que ya salió de la habitación, pero no hay casos confirmados de que esto ocurra, según Jiménez. El virus pierde efectividad con el tiempo, «típicamente en una o dos horas», dice.
A principios de octubre, Public Health England descubrió que para las personas que dieron positivo al coronavirus en los últimos dos meses, «comer fuera de casa fue la actividad informada con más frecuencia en los dos a siete días antes de la aparición de los síntomas».
El gobierno de Escocia ha encontrado constantemente que una cuarta parte de las personas que dieron positivo en las pruebas de la COVID-19 habían estado en un restaurante, pub o café la semana anterior. En septiembre, un estudio de los CDC de 802 adultos en los EE. UU encontró que las personas que dieron positivo a la COVID-19 tenían aproximadamente el doble de probabilidades de haber cenado en un restaurante que las que dieron negativo.
¿Cómo hacer que tu restaurante sea más seguro?
Aunque el escenario no sea el mejor para la industria de la comida existen medidas para mitigar la propagación del virus.
- Los comensales deben estar al aire libre
- El volumen de la música debe ser muy bajo para evitar que las personas usen un tono de voz más alto y así evitar esparcir más gotículas al hablar.
- Las mesas deben estar alejadas lo más que se pueda
- Todo el personal del restaurante debe usar mascarillas
- Los clientes mientras no estén en la mesa deben usar la mascarilla
Ninguna de los métodos es infalible, siempre que existan personas dentro de un local existirá el riesgo.
Investigadores relacionan las medidas que se deben tomar con los procedimientos implementados para evitar el contacto con el humo de segunda mano de los fumadores, también han recomendado que los comensales se sienten en diagonal, las simulaciones generadas por la supercomputadora Fugaku en Japón encontraron que se reduce en un 75% que si sentaran frente a frente.