El mar Caribe recibirá buques destructores, barcos de combate, aviones y helicópteros norteamericanos para reforzar sus operaciones antinarcóticos en la zona, luego que esta semana el presidente Donald Trump presentó cargos por narcotráfico contra Nicolás Maduro.
El anuncio del mandatario fue un cambio en los informes de prensa diarios sobre la pandemia del coronavirus, que ha obligado a la mayor parte del país a confinarse y que, advierte el gobierno, podría causar entre 100.000 y 240.000 decesos.
«El pueblo venezolano sigue sufriendo tremendamente debido a Maduro y su control criminal sobre el país, y los narcotraficantes están aprovechando esta anarquía», dijo el secretario de Defensa Mark Esper tras el anuncio presidencial.
No es la primera vez que EE.UU avanza con embarcaciones frente a las costas venezolanas.
En enero de este año el USS Detroit realizó maniobras frente a las aguas internacionales cercanas a Venezuela.
La operación actual, desplegada por Trump, cuenta con el apoyo de 22 naciones y es desarrollada en un momento político complejo. Por un lado la pandemia ha golpeado duramente a Estados Unidos y por el otro, en Venezuela el Fiscal General ha emitido una citación a Juan Guaidó para que asista a declarar con el tema relacionado a un supuesto lote de armas confiscada en territorio colombiano que serían usadas para atacar a dirigentes políticos del gobierno de Nicolás Maduro. Para el gobierno estadounidense atacar de manera frontal a Juan Guaidó es el equivalente a cruzar una línea roja.
La acción de EE.UU fue rechazada enérgicamente por el gobierno de Maduro. «En un intento desesperado por intentar desviar la atención de la trágica crisis humanitaria que experimenta ese país (Estados Unidos) como consecuencia del errático manejo de sus autoridades ante el COVID-19, pretenden agredir a Venezuela con infamias y amenazas», dijo el ministro de Información, Jorge Rodríguez al leer un comunicado en la televisión estatal. Sin embargo, aseguró colaborar en la operación contra el narcotráfico.