Nos enfrentamos a la amenaza muy real de una emergencia sanitaria mundial debido a que los gobiernos no han implementado programas eficaces para prevenir y controlar los factores de riesgo, advierte un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
«El espectro de una emergencia sanitaria mundial se vislumbra peligrosamente en el horizonte», tal es la advertencia que forma parte del primer reporte del Global Preparedness Monitoring Board (GPMB), organismo creado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial (BM), cuyo informe inicial será presentado el próximo 22 de septiembre, cuando se realizará una reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la cobertura sanitaria universal. El documento fue elaborado por una «junta de vigilancia», integrada por 15 miembros, entre dirigentes políticos, jefes de organismos internacionales y expertos de la salud.
El informe señala que el mundo se enfrenta a un creciente brote de enfermedades infecciosas: «Enfermedades propensas a epidemias como la influenza, el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS), el ébola, el zika, la peste, la fiebre amarilla y otros, son precursores de una nueva era de brotes de alto impacto y propagación rápida que se detectan con mayor frecuencia y son cada vez más difíciles de manejar». “Si es cierto el dicho de que ‘el pasado es el prólogo del futuro’, nos enfrentamos a la amenaza muy real de una pandemia fulminante y el mundo no está preparado», puntualiza.
¿De dónde surge este oscuro panorama? El análisis se hizo con base en el estudio de pandemias que ocurrieron en el pasado (la gripe A en 2009 y los efectos del brote de ébola, entre 2014 y 2016) y la forma en que se atendieron esas crisis. Señalan que, tras esos episodios, “muchas de las recomendaciones examinadas se aplicaron de forma deficiente o no se aplicaron en absoluto, por lo que persisten deficiencias graves”. Y agregan: «Prodigamos esfuerzos cuando surge una amenaza grave y nos olvidamos rápidamente cuando la amenaza se reduce».
El documento asegura que si hoy azotara al mundo una pandemia como la gripe de 1918 (una de las mayores de la historia), podría terminar con la vida de 50 a 80 millones de personas, y liquidar casi el 5% de la economía mundial.
El porqué de un escenario tan negativo se resume en unos pocos pero importantes factores que «amplifican el riesgo de contagio» de cualquier brote. A saber, «el crecimiento demográfico y las consiguientes tensiones sobre el medio ambiente, el cambio climático, el hacinamiento urbano, los incrementos exponenciales de los viajes internacionales y la migración, ya sea forzada o voluntaria”. Esto sin contar que, de por sí, “los brotes afectan más intensamente a las comunidades con menos recursos y con menos acceso a los servicios de salud básicos, agua limpia y saneamiento”.
Para mitigar esos riesgos, la “junta de vigilancia” recomendó una serie de «medidas urgentes» que deben tomarse a nivel global. Muchas de estas estrategias tienen que ver con que los gobiernos fortalezcan sus sistemas de respuesta y «estén preparados para lo peor» de manera coordinada. Esto incluye la creación de incentivos y aumentar la inversión para la preparación ante emergencias.
Entre las medidas se mencionan:
*Que los gobiernos inviertan recursos en la preparación ante la posible llegada de estos brotes; incluyendo el desarrollo de simulacros.
*La creación de vacunas y tratamientos innovadores.
*Redoblar los esfuerzos para la preparación de evaluaciones de riesgo económico ante una pandemia
*Democratizar totalmente el acceso a la salud, sin ningún tipo de exclusión
*Fortalecer los mecanismos de colaboración y coordinación internacional.
«Ha llegado el momento de actuar», concluye el documento de la OMS.
Prensa FUNCAMAMA