La Organización SIn Fines de Lucro, Human Rights Watch (HRW) publicó un informe que detalla cómo las redes criminales de tala ilegal en Brasil son responsables de la deforestación en la Amazonía.
El documento expone cómo delincuentes usan la violencia y la intimidación contra quienes intentan detenerlos y han podido operar sin una investigación adecuada de sus actividades por parte del gobierno brasileño.
Deforestan, procesan y venden madera a gran escala mientras hombres armados se despliegan por la región a intimidar a todo el que busque defender el bosque.
Son 169 páginas que detallan 28 asesinatos, 4 intentos de asesinato y más de 40 amenazas de muerte en los últimos cinco años, de los cuales solo 2 han ido a juicio por las muertes y ninguno ha sido juzgado por las amenazas de muerte.
“Esta falta de sanciones se debe en gran parte a que la policía no ha llevado a cabo las investigaciones adecuadas”, afirmó HRW.
Desde agosto, los incendios relacionados con la deforestación han devastado el Amazonas al doble del nivel de 2018, dando un golpe devastador a la selva tropical. “Durante la presidencia de Bolsonaro, la situación solo empeora. El ataque a las agencias ambientales del país por parte de su gobierno está colocando a la selva y a quienes viven allí en mayor peligro”.
El 23 de septiembre, la Organización de las Naciones Unidas llevará a cabo una cumbre en la que se analizarán iniciativas a nivel global para mitigar el cambio climático. Brasil contribuyó con estas iniciativas comprometiéndose en 2016 a eliminar la deforestación ilegal en la Amazonia para 2030.
Actualmente el incendio en la Amazonía sigue. Ya arrasó con 2 millones de hectáreas en Bolivia, de acuerdo al ministro de defensa Javier Zabaleta 758.000 hectáreas corresponden a bosques quemado, el resto son pastizales. En los últimos días se ha intensificado.
Científicos del Colegio de Biólogos de la Paz estimaron que la regeneración del ecosistema tardaría unos 300 años.