La música ya está toda escrita por Mozart y Los Beatles; entre estos dos exponentes hay muchas notas escritas. El proceso creativo de un artista siempre es un misterio ¿Qué hace primero: la letra o la música? ¿Qué métodos alternativos usa para buscar inspiración? ¿La musa siempre está presente? La búsqueda de fórmulas es tan infinita como notas en un pentagrama se puedan escribir.
El aprendizaje profundo es una rama de la inteligencia artificial con un solo objetivo: imitar a la perfección a los humanos. No es aprendizaje de máquina es una red neuronal entrenada por datos humanos.
La música ha estado en casi toda la historia de la humanidad y hay tanta, que hoy una red neuronal tendría entrenamiento de sobra para poder imitar todos los estilos musicales que conocemos.
Jukebox, el proyecto de OpenAI logra hacer canciones que no se pueden dejar de cantar, como si de un productor se tratase, solamente se debe entregar el estilo de alguna letra y Jukebox será capaz de hacer la mezcla y si solamente se tiene el inicio de una canción, el resto se completará automáticamente.
OpenAi entrenó a Jukebox con 1.2 millones de canciones implementando datos de audio sin procesar, en lugar de una representación abstracta de las notas producidas por un instrumento.
Los resultados técnicamente sorprenden, todavía no son tan precisas las interpretaciones, pero si es una muestra de cuán buenas pueden ser las redes neuronales imitando a los humanos.
¿El público y el artista frente a un avance tecnológico tan avasallante darán valor a la creación musical que desde ya se puede calificar como «clásica»?
A la industria musical le ha tocado reinventarse en muchos escenarios para seguir aportando, si se banaliza y coloca en las manos de todo el mundo la posibilidad de crear música, la mirada deberá ser puesta en las interpretaciones en vivo donde todavía la IA no pisa tan fuerte.