Escribir sobre grandes festivales de música y específicamente con algo de Rock N roll en la economía actual que vive Venezuela es casi un crimen, atrás quedaron grandes conciertos (Queen, Van Halen, Roger Waters, Aerosmith, Guns N Roses, Iron Maiden) y festivales como el Caracas Pop Festival o el Festival de Rock Iberoamericano.
Hay un festival que inspiró la paz y el encuentro de todos lo seres humanos, un festival que rompió las fronteras de las creencias y los tabúes de una sociedad manchada por la guerra. Esa reunión de medio millón de almas este mes de agosto cumple 50 años: Woostock 69.
Grandes filas de carros en estrechas carreteras era la señal del bullicio que estaba por comenzar. El show esperaba a 60 mil personas pero terminó albergando a 500 mil, incluso algunos aseguran que 250 mil no pudieron entrar.
Hubo presentaciones inolvidables como la de Jimmy Hendrix, a pesar de haber saltado a la tarima el lunes 18 a las 9 de la mañana fue el concierto más largo que dio el guitarrista en toda su carrera y fue acompañado por músicos improvisados con los que dio luego solamente un par de conciertos más. Había hasta un segundo guitarrista que en algunas canciones tomó la voz principal.
El destino quiso que Richie Havens abriera el concierto, su puesto en la lista del cartel era el quinto pero como a Tim Hardin, que era el encargado de abrir el show, nadie lo pudo encontrar, Heavens quedó inmortalizado en la historia de la música como el artista que inició el concierto que lo cambiaría todo.
Joan Baez, Santana, Incredible String Band, Canned Heat, Grateful Dead, Creedence Clearwater Revival, Janis Joplin, Sly & The Family Stone, The Who, Jefferson Airplane, Joe Cocker, Ten Years After, The Band, Johnny Winter, Blood, Sweat & Tears, Crosby, Still, Nash & Young y, por supuesto, Jimi Hendrix, fueron algunos de los nombres más destacados de aquel mítico cartel.
Cada presentación individual de Woodstock merece una entrega especial. Alvin Lee, quizá en uno de los riff de guitarra más difíciles de ejecutar inicia afinando su instrumento y así dio paso a “I’m Going Home”, fue un momento memorable, pues se trata de pasear por buena parte de la historia del rock en un tema que parece una montaña rusa.
A Santana le da escalofríos recordar el momento en que subió a la tarima aquella tarde de 1969. Mientras tocaba miraba al cielo y su vez afirmaba que en ese lugar es donde están las notas más dulces. En aquel momento no se sentía con plenitud de facultades para tocar, por eso él mismo lo califica como una bendición, solamente tenía una petición: “Dios por favor ayudame”.
La industria ha querido revivir el espíritu de Woodstock pero hoy no existe la paz, el amor ni la música de 1969. Las versiones del festival no fueron lo mismo, específicamente la de 1999 fue la antítesis de la paz y el amor. Violentas protestas se generaron en pleno concierto, torres de sonido incendiadas, saqueos y muerte fueron las consecuencias.
Woodtosck fue un acto de rebeldía. Era ir en contra de las normas que habían llevado para aquel entonces al mundo a un estado de violencia y discriminación que nadie había podido imaginar. Desde su nacimiento el festival tenía un mensaje claro, la paz y el amor.