Se han implementado planes de racionamiento que se han convertido en cotidianidad. Así es el servicio de agua para consumo humano en Venezuela.
En el noroeste de la ciudad de Valencia, los hogares reciben por tubería los lunes, miércoles, jueves y fines de semana. Los lunes solamente dura medio dia igual los jueves.
En algunas zonas del sur pasa lo contrario, el agua llega a los hogares martes y viernes, con suerte. En otras zonas de la ciudad, tanto en el norte como en el sur simplemente no regresó.
Existen algunas soluciones alternativas, los usuarios pueden instalar un tanque, acumular agua en recipientes grandes y más recientemente contratar el servicio de perforación de pozos profundos.
Esta última opción ha proliferado en Carabobo, según una encuesta realizada por la ONG «La gente Propone», en ocho de las nueve parroquias que conforman la ciudad de Valencia el déficit en la cantidad y calidad del suministro del agua resultó ser uno de los factores que más ha impactado a la población: en abril, 92% reportó fallas y solo 8% señaló contar permanentemente con el servicio.
La consulta reveló que del total de los que reportaron fallas en el suministro de agua potable, alrededor de 18% buscó solventar el problema a través de perforaciones artesanales de pozos profundos.
Para los venezolanos no es nada nueva la crisis en el servicio de agua, pero la situación actual de la pandemia ha llevado a las personas a tomar acciones para resolver el problema con mayor rapidez.
Se estima que el 86% de los venezolanos reportó problemas con el suministro de agua, incluyendo un 11% que no tiene, según una encuesta realizada por la ONG Observatorio Venezolano de Servicios Públicos a 4.500 residentes en abril.
Para buscar el agua, las personas saltan la cuarentena impuesta y se exponen al virus pero no tienen otra opción.
El Gobierno de Nicolás Maduro acusa a sus enemigos políticos de sabotear estaciones de bombeo y recientemente celebró la compra de una flota de 1.000 camiones «súper cisterna» a China para llevar agua a los residentes.
Estas medidas son un paliativo al problema neurálgico relacionado con el servicio, según resaltaron las organizaciones.