La pandemia del coronavirus en Venezuela se veía distante, pero las grietas en un sistema de salud vulnerable comenzaron a abrirse en la ciudad de Maracaibo, en el estado Zulia.
Los hospitales trabajan al máximo y ya se han tomado una veintena de hoteles para tratar a los pacientes asintomáticos y varias decenas de trabajadores de la salud se han contagiado. Algunos especialistas temen que el repunte de casos en el estado Zulia sea el principio de una emergencia mayor.
El salto en el registro -hasta el viernes se han reportado 4.563 casos y 39 fallecidos en todo el país- llevó al gobierno de Nicolás Maduro a extremar esta semana las medidas de confinamiento vigentes desde marzo en Zulia, Caracas y ocho estados.
Las alarmas en Maracaibo, la segunda ciudad más importante del país luego de la capital, se encendieron a mediados de mayo tras la detección de un brote en el mercado popular de Las Pulgas, el mayor de esa localidad y a donde a diario acuden más de 20.000 personas.
El principal centro de recepción de casos de COVID-19 en Maracaibo es el Hospital Universitario un centro que lleva a cuestas más de medio siglo. Médicos y enfermeros consultados por The Associated Press que hablaron en condición de anonimato para evitar represalias de las autoridades -como ha ocurrido con otros de sus colegas-, señalaron que el hospital, que hace menos de dos décadas era una referencia en Latinoamérica por sus sofisticados equipos y especializado personal. Ahora, enfrenta la pandemia en un avanzado estado de deterioro y con escasez de agua, lo que obliga a pacientes y empleados a recurrir a envases plásticos para almacenar el líquido y asearse.
Fallas en el sistema eléctrico obliga a los trabajadores de la salud a soportar altas temperaturas, debido al traje especial que deben usar por protección.La falta de mantenimiento ha convertido en común el encuentro con ratas,perros,cucarachas y gatos en las instalaciones.
El crecimiento exponencial de los casos obligó al hospital a tomar medidas: atender solamente a los pacientes con coronavirus, “los pisos están colapsados por pacientes con COVID”, indicó un médico y agregó que en la unidad de cuidados intensivos hay sólo siete camas.
En otros dos hospitales, el Chiquinquirá y el Adolfo Pons, se han instalado camas en el área de consultas externas para recibir a los contagiados pese a que en ese sector no hay tomas de oxígeno ni baños, refirió una enfermera.
Además de los tres hospitales las autoridades tomaron una veintena de hoteles para alojar pacientes, indicó el diputado opositor y médico cirujano William Barrientos.
A los contagiados los “aíslan sin protocolo” hasta que llegan los resultados de las pruebas de Caracas, proceso que -según Barrientos- puede demorar más de una semana. El estatal Instituto Nacional de Higiene, que opera en la capital venezolana, es el único centro que procesa las pruebas de todo el país.
Además Barrientos dijo que más de 40 médicos se han contagiado pero no han querido revelar su condición para no ser trasladados a hoteles.