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La migración venezolana: un guayabo que se lleva en el alma

Migración Venezolana

Al menos 1.5 millones de venezolanos han ingresado a diez países que forman parte del Grupo de Lima.
El país que ha logrado albergar la mayor cantidad es venezolanos es Colombia. En los últimos meses 800 mil han cruzado la frontera. A Colombia le sigue Perú con 298 mil 559, luego Chile con 160 mil, Argentina 82 mil y Brasil 50 mil.

Para los miles de venezolanos que han dejado atrás todo, el miedo generalmente va en un bolsillo de la maleta, por los prejuicios o por la intención de no regresar. El miedo siempre llega.

El vuelo de la familia González sufrió un retraso y la línea aérea les asignó una habitación en un hotel cercano al aeropuerto, tomando previsiones habían llegado una noche antes de la salida y su espera coincidió con el también vuelo demorado de varios cuerpos diplomáticos de varios países.

“Vivimos un momento súper difícil esperando en el hotel frente a Maiquetía. Estábamos rodeados de puros diplomáticos esperando salir de Venezuela. Fue como estar en guerra pero sin disparos ni bombas”, afirmó el padre de familia Julio González.

Para Luisa Hernández es un “guayabo” que se lleva en el alma. “Es algo que va muy dentro y no encuentro la manera exacta para poder coexistir con la alegría completa en este nuevo lugar”, en su caso pintado de albiceleste. Cuando la depresión llega al extremo, hasta el hambre se le quita. Aprendió que se puede vivir con poco y que ser madre es la herramienta perfecta para resolver situaciones complejas, aunque después de todo tenga que recurrir al llanto para renovar fuerzas.

“Lo he practicado toda mi vida, se llama ser mamá. Primero resuelves todo y luego cuando la crisis pasa te sientas a llorar”.

La mayoría de los venezolanos que dan el paso para salir son personas con preparación académica, aunque el proceso de apostillar y registrar los papeles sea un viacrucis. Maigualida Zarate logró pasar la frontera con la universidad en la maleta.

Para mitigar su despecho migratorio no deja de mirar episodios viejos de Game of Throne, las batallas y los dragones logran sacarla por un instante de la realidad. Recuerda su momento de entrar a la tierra del tango con mucha valentía frente a los fiscales migratorios.

“No recordaba la dirección de la casa donde iba a llegar. Saque valor de donde no tenía y de una cabina a otra grite a mi compañera de viaje preguntándole la dirección, todavía no sé cómo lo logré”.

Mantienen viva la esperanza de volver a reunir la familia completa, extrañan olores y sabores de su tierra, se aferran a sus compañeros de viaje o a la familia si salieron completos, y siguen aprendiendo todos los días como es ser parte del éxodo más grande que ha tenido Latinoamérica.

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