Los habitantes de Hong Kong acentúan sus manifestaciones. Desde mayo están en las calles. Al principio, los movimientos iban en contra del proyecto de ley de extradición a China, posteriormente se ampliaron para pedir la renuncia de Carrie Lam, la jefa de gobierno, que no se presentaran cargos contra los detenidos en las primeras protestas y que hubiera una investigación independiente sobre el comportamiento de la policía. Adicionalmente, reclaman una reforma al sistema de democracia indirecta.
Pero este lunes las protestas tomaron otro rumbo. Por alrededor de tres horas, decenas de personas tomaron las instalaciones del Parlamento, hicieron grafitis y dañaron algunas cosas dentro. Cientos de policías reaccionaron contra los manifestantes y les lanzaron gas lacrimógeno.
En medio de la ya conocida marcha en conmemoración de 22 años de su devolución a China por parte del Reino Unido, personas mayores y familias, recorrieron el centro de la isla de forma pacífica y mostrando su rechazo contra la controvertida ley de extradición a China, suspendida pero no anulada.
Pero desde el mediodía aproximadamente, los más jóvenes tenían la vista puesta en los
edificios gubernamentales.
Con vallas de hierro, intentaron durante horas romper las ventanas y puertas de cristal blindado del edificio, donde se había atrincherado un destacamento de policías. Finalmente rompieron las barreras seguridad y los vidrios, y entraron.