Sebastião Salgado, el icónico fotógrafo brasileño, falleció el 23 de mayo de 2025, a la edad de 81 años. Su muerte fue anunciada por el Instituto Terra y la Academia de Bellas Artes francesa, donde había sido miembro desde 2016. Conocido por su fotografía en blanco y negro que captura la complejidad del mundo—desde conflictos bélicos hasta la Amazonía—Salgado es considerado uno de los maestros de la fotografía contemporánea.
Nacido el 8 de febrero de 1944, Salgado comenzó su carrera profesional como economista, trabajando para la Organización Internacional del Café. Sin embargo, su pasión por la fotografía floreció durante un viaje a África, lo que lo llevó a trabajar con agencias de renombre como Sygma, Gamma y Magnum. A través de su lente, documentó la lucha y la resistencia de comunidades en lugares como Ruanda, Guatemala e Indonesia, retratando la dignidad humana en entornos devastados por la guerra y la pobreza.
Su trabajo se caracterizó por una mirada empática hacia los desposeídos, reflejando sus propias raíces en el Sur Global. Salgado siempre expresó la importancia de ser autocrítico y de mostrar compasión por aquellos que sufren. Los premios que recibió, como el Príncipe de Asturias y el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes, son un testimonio de su impacto duradero en el mundo de la fotografía.
Además de su trabajo icónico como fotógrafo, Salgado se dedicó a la restauración ambiental. Junto a su esposa, Lélia, fundó el Instituto Terra, que ha plantado más de 2.5 millones de árboles en Brasil, comprometido con la recuperación de la selva amazónica. Su visión de que la restauración ambiental es un acto de amor hacia la humanidad se hizo eco en muchas de sus exposiciones, donde el arte y la conciencia social se entrelazan.
Salgado también fue el protagonista del documental «La sal de la Tierra» de Wim Wenders, que documenta sus viajes y su visión del mundo. Este documental, que recibió la nominación al Oscar, muestra no solo su trabajo fotográfico, sino también su compromiso con las causas sociales y medioambientales.
El legado de Sebastião Salgado será recordado no solo por su magistral habilidad para capturar imágenes, sino también por su humanidad, su sensibilidad y su lucha por un mundo mejor. Su obra seguirá inspirando a futuras generaciones de fotógrafos y activistas en la búsqueda de justicia social y ambiental.

