Chemnitz se encuentra en el este del país, una ciudad considerada bastión de los extremistas de derecha y neonazis. Por varios días, miembros de extrema derecha se reunieron en el centro de la ciudad después de que un ciudadano sirio y otro iraquí fueran detenidos como sospechosos de haber asesinado el domingo a un hombre alemán.
Al mismo tiempo, activistas antinazis se congregaron a pocos metros de distancia, acusando a la extrema derecha de utilizar esta muerte para fines políticos. La canciller alemana, Angela Merkel, advirtió que no se tolerarían las acciones de «justicieros» al margen de la ley.
El hecho
Un hombre alemán falleció en un hospital luego de recibir varias puñaladas. Otros dos hombres alemanes que estaban con él, de 33 y 38 años, resultaron gravemente heridos, según la policía.
Los ciudadanos sospechosos de haber cometido el crimen detenidos son un sirio de 23 años y un iraquí de 22.
“¡Váyase a su país!, ¡largo de aquí!”, “ya sabemos lo que hace la prensa extrajera, mentir y mentir”, decían los manifestantes en la última manifestación este 30 de agosto. “El pueblo despierta”. “Por el futuro de nuestros hijos”, decían las pancartas de “Pro Chemnitz”, una asociación que dice tener “poco más de diez afiliados, pero el apoyo de todo el pueblo”.
La convocatoria de la concentración, justificada por “la necesidad de autodefenderse de la criminalidad extranjera”, era apoyada por el partido nacionalista, antieuropeo y antiextranjeros Alternativa para Alemania (AfD).