Arkady Babchenko fingió su muerte, con una puesta en escena de película y con la colaboración de autoridades ucranianas. Camisas con huecos de disparos y sangre de cerdo formaron parte de la escenografía para ser protagonista de lo que quizá sea la noticia falsa más difundida del año.
El procedimiento sepultó la credibilidad de los medios en Ucrania y la posibilidad de que a Babchenko alguien más le puede creer una sola palabra, sin entrar en aguas profundas respecto al gobierno ucraniano que a todas luces parece haber trabajado en conjunto para obtener algo de popularidad en medio de la incertidumbre electoral por la que transita.
El periodista fue crítico del gobierno de Putin y en 2017 abandonó el país porque había recibido amenazas de muerte. En el montaje de su asesinato era señalado Moscú como los creadores del plan para terminar con su vida, pero en un sorprendente final Arkady apareció vivo en una rueda de prensa en Kiev.
Todo tiene una justificación aparente. La supuesta víctima explicó que trabajó junto al servicio secreto de Ucrania para desarticular un plan ruso para asesinarlo.
La noticia fue falsa, no hubo asesinato, no hay agentes pagados por Rusia detenidos para eliminar personas en Ucrania y los únicos beneficiados son el actual presidente Poroshenko, quien obtuvo su momento de fama y el presidente Vladimir Putin, que ahora tendrá la excusa para señalar que hay un línea de opinión anti Rusia internacional.