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Periodistas carabobeñas denuncian discriminación en local nocturno en Valencia

Discriminacion

 

Alejandra Espinoza Fernández y Gabriela Espinoza Fernández, son Licenciadas en Comunicación Social egresadas de la Universidad Arturo Michelena. Son personas con discapacidad, sufren de parálisis cerebral y discapacidad motora. Alejandra camina con un bastón para ayudarse.

La noche del viernes 21 de septiembre decidieron salir con algunos amigos, pues uno de ellos se va del país próximamente. “Queríamos hacer algo diferente, queríamos bailar”, mencionó Alejandra. Al encaminarse al local nocturno, Isabella Happy Drinks, ubicado en la avenida Monseñor Adams, un joven de gorra y bermudas seguía sus pasos. Iban al mismo destino. El joven quedó detrás de las hermanas Espinoza y su grupo, sin embargo, lo dejaron pasar antes.

“Nos preguntaron –el personal de seguridad- para donde íbamos, luego nos dijeron que no podíamos entrar porque debíamos estar vestidos de etiqueta y traje formal porque había un evento”. Protestaron. “Le dijimos que habían dejado entrar a alguien peor vestido que nosotros. Pero nos dijeron que trabajaba en el local”. Lo mismo ocurrió cuando vieron salir y entrar a una pareja. Según el personal, también trabajaban en el evento.

Las hermanas Espinoza decidieron marcharse sin mayor problema, pero reclamaron la situación a través de las redes sociales, sin embargo, todos los mensaje fueron borrados y los usuarios bloqueados.

La otra versión

Para el dueño del local Jimmy Hospedales, no fue un acto discriminatorio. Mencionó en entrevista vía telefónica con El Café, que “En Isabella no existe discriminación. Hacemos de tripas corazón con la situación económica”. Argumentó que cualquiera puede entrar, incluso los domingos se puede asistir en ropa muy informal.

Sobre los comentarios en redes sociales, Hospedales contó que él mismo maneja la cuenta en Instagram del local y que borró y bloqueó a los usuarios pues no existen pruebas de ningún acto discriminatorio.

“Si no te dejaron entrar porque no estás acorde, no se prohíbe la entrada. Y eso sucede en cualquier sitio: matrimonios, otros locales”, afirmó.

Alejandra Espinoza dijo sentir indignación. Contó que los dueños son sus vecinos y a pesar que fue sutil y hasta diplomático, “igual hubo discriminación”.

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