María Tolosa es educadora en la Unidad Educativa Padre Alexandre en la urbanización Michelena. Desde hace un año el trayecto desde su casa, en el sector Bello Monte, lo hace en bicicleta.
Hoy el recorrido fue un poco más lejos porque debía llevar a su hijo de cinco años a un chequeo en la clínica Guada Alvizo, ubicado en la calle Rondón, en pleno centro de la ciudad. Su vehículo está medianamente acondicionado para dos personas. Es una bicicleta de paseo, con frenos de disco y una “parrillera” para su chamo, quien más disfruta de cada paseo. A esa bicicleta, la misma María le hace mantenimiento.
María, está cansada de los viajes, aunque entre sonrisas admite que ha estado haciendo bastante ejercicio.
En la actualidad, los venezolanos no tienen muchas opciones en cuanto a transporte se refiere. Es vital el proceso de adaptación en cualquier escenario. Salud, alimentación o servicios básicos, son sinónimos de aguante y estrategia para poder obtener buenos resultados.
Una “chiva” o caucho de segunda mano, rin 15, cuesta 170 millones de bolívares. El salario mínimo integral de un venezolano es de 5 millones 196 mil, es decir, se necesitan más de 30 salarios mínimos para poder comprar un caucho de segunda. Si María quisiera comprar cuatro cauchos de segunda mano, tendría que reunir 680 millones en menos de una semana, para alcanzar la hiperinflación.
La bicicleta sustituyó al carro, por no poder costear el valor de los cauchos y la tarea por comprar los cuatro nuevos es titánica. María, recorre todos los días más de 5 kilómetros en bicicleta para ir a dar clases a sus alumnos.