Casi dos años después de que el Congreso de Brasil destituyera a la entonces presidenta Dilma Rousseff, espera regresar a la capital como senadora.
Rousseff anunció formalmente sus intenciones de postularse para ocupar un escaño en el Senado el 28 de junio pasado, en representación del estado de Minas Gerais, de donde es originaria. Lo más probable es que en esta contienda se enfrente al titular actual, el senador Aécio Neves, a quien logró derrotar por un ligero margen en las elecciones presidenciales de 2014.
Si llega a ganar, Rousseff se convertirá en el caso más reciente de un polémico expresidente de la región que regresa a la política con un cargo en el Senado.
El colombiano Álvaro Uribe Vélez y la argentina Cristina Fernández de Kirchner se convirtieron en personajes importantes de la oposición en el Congreso después de haber cumplido dos mandatos en la presidencia.
Todavía no se sabe a quién postulará el partido de izquierda para la contienda presidencial. Su plan de lograr la elección para un tercer periodo de Luiz Inácio Lula da Silva, el predecesor de Rousseff, sufrió un traspié este año, cuando Lula comenzó a cumplir una sentencia de doce años por cargos de corrupción.
Rousseff se ha mantenido relativamente lejos de la escena pública desde su remoción del cargo en agosto de 2016, después de que el Congreso determinara que había utilizado indebidamente fondos de los bancos del Estado para ocultar déficits presupuestarios.