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Beethoven, Tangazo y Cabriales: La Orquesta Sinfónica de Carabobo regresó para hacernos sentir bien

Orquesta Sinfónica de Carabobo-SINFOCARABOBO

El Auditorio Padre Lorenzo Stocco, ubicado en la casa Don Bosco, ha visto crecer generaciones de artistas. Es un espacio para la cultura en Carabobo, con un peso histórico importante. El teatro abrazó a 80 músicos que tomaron con alegría sus puestos. 

No hubo discursos largos. Jose Carmelo Calabrese alzó la batuta y la Orquesta Sinfónica de Carabobo dio inicio a su segunda temporada del 2025, con la misma naturalidad con la que el agua fluye en el cauce del Cabriales.

El primer tema interpretado fue “El Tangazo” de Astor Piazzolla, una obra sensorial. El inicio, como un murmullo que da paso a la ciudad en un tono muy cinematográfico, es música que no pide permiso, que no se disculpa por ser incómoda. Y precisamente por eso, sigue resonando. Le siguió “Fanfarria para el hombre común” de Aaron Copland.

Luego la orquesta inició el diálogo de la 6ta de Beethoven, una oda a la naturaleza. En un momento el público ya no estaba en butacas; ríos, aves, árboles, viento, y otros elementos parecían crecer alrededor de los espectadores, en el pasillo, en el escenario. La obra también conocida como “Pastoral” fue un punto álgido del concierto, donde los intérpretes parecían desconectados físicamente del espacio para entonces, ser uno con el instrumento correspondiente.

Orquesta Sinfónica de Carabobo.

Orquesta Sinfónica de Carabobo.
Fotografía: Saúl Zerpa


Los metales, en su alineación, están siempre detrás.Pero, son los que agregan sal, pimienta y guaguancó a los temas. Así lo demostraron. En medio de la presentación, emergió de las filas el Fliscorno dorado en manos de Rubén Ramirez. “Feels so Good”, de Chuck Mangione, hipnotizó a la sala con una melodía inmortal.

Orquesta Sinfónica de Carabobo-SINFOCARABOBO

Orquesta Sinfónica de Carabobo.
Fotografía: Saúl Zerpa

El cierre propicio fue “Festival del Cabriales” del maestro José Calabrese. El recorrido del Río Cabriales es aproximadamente de 32 kilómetros, atraviesa la ciudad de este a oeste, como atraviesa la identidad de los valencianos. El origen de su nombre es un misterio, pero ha formado parte de la historia de Venezuela y del estado. El maestro Calabrese creó la obra para rendir homenaje a la cultura carabobeña, mezclando géneros y ritmos propios de Venezuela.

Orquesta Sinfónica de Carabobo.

Orquesta Sinfónica de Carabobo.
Fotografía: Saúl Zerpa

La creación artística es rizomática: crece, se mueve, tiene nuevos caminos y nuevas interpretaciones, va de forma horizontal, no tiene principio ni fin.  La obra, en su hermosa simpleza, se limita a existir y se comunica a través de creadores. La Orquesta Sinfónica de Carabobo demostró, una vez más, por qué es el orgullo del estado que los cobija desde hace 49 años. Es propicio que celebremos con ellos otro aniversario lleno de cultura, talento y compromiso. ¡Por muchos años más!