La humanidad quedó fascinada con la llegada a Marte y la exploración fuera de nuestro globo, dejando a un lado el conocimiento de lo que quizás se encuentre más cerca. El océano absorbe el 90% de calor generado por las emisiones de CO2 y genera el 50% del oxígeno que respiramos.
«Tenemos que agradecer al océano por tantos aspectos de nuestra seguridad y bienestar», aseguró Dawn Wright, oceanógrafa y científica en jefe del proveedor de sistemas de información geográfica (GIS) Esri, quien señaló que el océano también proporciona energía renovable, vías marítima para transportar recursos y el lugar perfecto para instalar cables submarinos para proveedores de servicio de internet.
El mismo tipo de mapas inteligentes y la tecnología geoespacial empleada para la exploración del espacio exterior, respalda los procesos para conocer y proteger nuestro océano. «Por primera vez, nuestro conocimiento del océano puede acercarse a nuestro conocimiento de la tierra», argumentó Wright. «Podemos convertir lo desconocido en algo profundamente conocido».
GIS o Geographic Information System Mapping cómo se conoce en inglés, es la tecnología de inteligencia de ubicación que las empresas y los gobiernos utilizan para todo, desde la mitigación de riesgos hasta la respuesta a crisis, el análisis de mercado y la eficiencia operativa, también se aplica al océano.
La lógica es simple: el océano respalda un planeta y una economía sostenible, y los mapas ricos en datos pueden respaldar un océano sostenible.
Más del 80% del suelo oceánico permanece sin cartografiar, pero los mapas oceánicos completos serán esenciales para detener los problemas de la sobrepesca, la destrucción del hábitat, la contaminación y la pérdida de biodiversidad. Es fácil, y en este punto un cliché, decir «salvemos nuestro océano», pero un mapa basado en datos obliga a las personas a ver por qué es necesario salvar el océano, por dónde empezar y qué hay que hacer. «Ver el océano en su verdadera profundidad y complejidad es exactamente lo que necesitamos si esperamos reducir el riesgo de dañar críticamente o agotar los recursos marinos», agregó Wright.