En apenas seis semanas, un mil 995 niños han sido separados de sus padres en la frontera Sur de Estados Unidos. ¿Qué está pasando en la frontera sur?
La imagen de una niña hondureña de 2 años que llora mientras su madre es detenida por agentes fronterizos en McAllen, Texas, el pasado 12 de junio, llegó a muchos medios de comunicación en el mundo. La gráfica de John Moore de Getty Images, muestra una cruda realidad que ha crecido rápidamente.
El actual jefe de gabinete, John Kelly, dijo en marzo del 2017, cuando era secretario de Seguridad Nacional, que si detenían a familias por ingresar al país de manera ilícita, los niños serían separados de sus padres “para impedir que haya más movimiento dentro de esta red extremadamente peligrosa”.
Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca, el tema de evitar que inmigrantes ilegales ingresaran en suelo estadounidense, ha sido su bandera. Para George W. Bush y Barack Obama la idea de arrancar a niños de los brazos de sus padres era una crueldad, para la administración Trump la idea fue dejada de lado por un tiempo, sobre todo después que los comentarios de Kelly provocaron una respuesta negativa. Pero ya no más.
Hay cientos de niños retenidos en refugios improvisados tras ser separados de sus padres y el gobierno de Trump está tratando a todas las personas que han cruzado la frontera sin autorización como sujetas a un proceso penal. “Venir con niños ya no los hace inmunes al arresto y el proceso legal”, dijo el fiscal general Jeff Sessions, en un discurso el 21 de junio en Fort Wayne, Indiana según publicó el New York Times.