Aunque sus integrantes han variado desde su creación en el año 1966, la esencia de esta banda se mantiene activa e interpretando no solo temas propios sino también de otros autores nacionales e internacionales destacados en las diferentes variantes del Jazz.
Esta banda ha recorrido todo el territorio nacional y participado en importantes eventos, entre ellos: Festival internacional de Jazz del Hatillo, el Latín Music Pop Festival del teatro de la opera de Maracay, el Festival Internacional de Jazz de Barquisimeto, el Jazz Fest de Caracas y el festival Internacional de Jazz de Naguanagua. Igualmente, ha compartido tarima con artistas del talante de Andy Duran y su Big Band, Aldemaro Romero y su Trío, María Rivas, Gerry Weil, Víctor Cuica, el Pavo Frank, Néstor Torres (Puerto Rico) Heigty Fingers (Inglaterra), además de acompañar, al maestro Santiago Baquedano, Soledad Bravo, Pedro Carrasco, Oscar de León, Porfi Jiménez, las cantantes japonesas Nadia Kobajak y Naguisha Oshi, entre otros.
La agrupación ha recibido múltiples reconocimientos entre ellos: El Doblón de Puerto Cabello otorgado por mérito cultural, el Samán de Oro de Naguanagua, Reconocimiento de la Internacional Lifelong Learning University de Curazao por 50 años de vida artística y otras distinciones importantes.
La banda tiene dos discos grabados, el primero Jazz Graneado, con temas inéditos del maestro Orlando Sequera, y Tocata y Blues que es un tema en homenaje al maestro fundador Miguel Casas. Aunque algunos de sus temas se pueden ubicar en la página web de la universidad, espera incursionar en las nuevas tecnologías para dar a conocer su música.
Su director actual, José Antonio Camacho, informó que presentó una propuesta a la Dirección de Cultura de un multimedia, para hacer videos en Blu-ray, que contengan archivos de la banda como galerías de fotos, reconocimientos y partituras. La idea de este proyecto es que las generaciones de relevo, puedan conocer la historia más allá de los libros impresos que existen, y estudien los temas interpretados por la agrupación.
El amor por el Jazz los unió
– Orlando Chirinos es el baterista de la agrupación desde hace tres años, es licenciado en Educación. Se unió a UC Jazz, por su vocación a la música, le gustó su fusión, combinación y estilo.
Se identifica mucho con el latín jazz, porque incorpora las raíces afro caribeñas y latinas.
Chirinos, calificó su participación en la banda como enriquecedora y formativa, recordando su pasión por este género, pues de pequeño grababa “La hora del Jazz” porque le gustaba su ritmo
– Alexander Medina, es elpianista de la banda desde hace dos años y siete meses, aunque ya había tocado anteriormente con la agrupación como invitado especial.
Medina comentó que le gustó la particularidad de UC Jazz, no solo por ser la única banda conformada en el estado Carabobo, sino porque en su repertorio musical incluye temas tradicionales de los años 20, 30 y 40.
Calificó su permanencia en la agrupación como una grata experiencia, porque cada día aprende más de los diversos estilos.
A su juicio, se puede estudiar mucho tiempo en una academia, pero si no se ensaya o toca continuamente es difícil que se agarre experiencia suficiente.
Medina recomendó a las nuevas generaciones aprender a escuchar música, sobre todo jazz del viejo y del nuevo.
Medina recomendó a las nuevas generaciones aprender a escuchar música, sobre todo jazz del viejo y del nuevo.
–Maikelf Velázquez, toca el Saxofón y Clarinete dentro de la agrupación desde hace 23 años, entró a UC Jazz por una invitación del antiguo director Waldo Sanz, quien le escuchó tocar un día y se le acercó para decirle que estaba interesado en aprender lo que estaba haciendo.
Desde niño escuchaba los programas de música y también los temas que presentaban en algunas caricaturas, pero jamás se imaginó que en Carabobo existiera una agrupación de ese estilo.
Eso sucedió en el año 1994. Comenzó a tocar con los profesores, muchos de ellos ya se jubilaron de la Universidad de Carabobo y otros fallecieron.
Su experiencia son instrumentos metales de viento, entre ellos el clarinete y el saxofón.
Ha viajado Nueva Orleans y compartió con músicos de la zona para vivir su experiencia y aprender de ellos.
Hace una invitación a los jóvenes que le guste este género, para que acudan a los ensayos a participar con el grupo
Alejandro Blanco, entró a la nómina de la agrupación hace cinco año, toca el trombón, pero tiene 10 años participando como invitado especial a presentaciones con la banda fuera y dentro de laciudad.
Su experiencia ha sido grande porque es músico académico formado en el Conservatorio de Aragua y Carabobo.
Indicó que al principio el jazz le parecía complejo porque es a bases de improvisaciones y creatividad de lo que le llega en el momento, y eso no es nada fácil.
Cuando era pequeño tenía un amigo llamado José Carrillo que escuchaba Jazz, pero no lo entendía aunque le gustaba, fue a través de la práctica que se enamoró de este género.
La música es parte de su vida e inició tocando temas clásicos, también incursionó engéneros populares.
Blanco es además miembro del Sistema Nacional de Orquestas, donde forma a jóvenes de Carabobo; a su juicio, este tipo de música debe seguir difundiéndose y promoviéndose para que no desaparezca
José Antonio Camacho, quien es actualmente el director, ingresó a la banda siendo un músico que interpretaba sólo temas venezolanos.
Se enamoró de este estilo cuando estudiaba el quinto año en la Facultad de Derecho, época en la que escuchó a la banda que en ese momento se llamaba “El quinteto” interpretando Satin Doll o Muñeca satinada, temaque lo enganchó al punto que se hizo compadre del pianista Antonio Pechinenda, para estar más cerca del grupo.
Estar en esta agrupación le ha generado bastante satisfacción pues le gusta la improvisación y creatividad.
Desde pequeño escuchaba programas de jazz en la radio y le parecían interesantes, se identifica actualmente con el género tradicional.
Camacho confiesa que cuando se jubile sentirá melancolía, pero reconoce que es necesario darle paso a las nuevas generaciones a fin de que le garanticen a la banda y a la universidad por lo menos 25 años más de permanencia y calidad.